Cuba se ha convertido en un paraiso SOLO para extranjeros con divisas. Desde la comodidad de las guaguas de turismo y tras sus cristales matizados, los extranjeros se mantienen alejados de la ruda realidad existencial del cubano de a pie, de su dia a dia de precaria subsistencia alimentaria y social, la depauperada canasta alimenticia superbasica, los constantes apagones electricos, la falta de agua potable y transporte, las miserables condiciones fisicas de sus viviendas. Sumidos en la refrigerada atmosfera de estos buses para turistas y con acceso a suculentos manjares y bebidas son incapaces de imaginar la irrespirable realidad del cubano de la calle, actualmente, en la isla.
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